domingo, 24 de mayo de 2015

Llévame

El verano entra por las rendijas de mi habitación. La brisa se cuela por la ventana, una brisa de costa que deseo sentir.
El vacío del corazón, injusto, como nunca. Injusta sensación de no-amor alrededor.
Usted me mira desde lejos en mi memoria.
De lejos se ve su respiración. Aquella que no es para mi. Que no está en mi cuello. Que no cosquillea en mi nariz.

Llévame a viajar entre los micro segundos del amanecer. 
Llévame.
Llévame.
Tú, usted, solo tú.
 
Tómame en mis sueños y roba el sabor de tu mirada enfrentando la mía, como si nada llenara la justicia del amor.

Quiero

Una semana ha transcurrido desde tus miradas furtivas y nerviosas.
Aquellos momentos en que tus miradas tímidas encontraban mi mirada nada más existía en el espacio.
Buscarte a cada segundo hacía galopar mi corazón. Encntrarte elevaba mi alma. Si hasta pensar en ti elimina letras de mi abecedario.
Pensar en ti me hace sonreír como tantas veces soñé. Pensar en tus ojos ilumina mi corazón. Cómo no quedar prendada de tu mirada, si aquellos ojos verdes me miran sonrientes. Cómo quisiera haberte conocido antes, cómo quisiera haber conocido antes tus sonrisas, esas que me alegran cada día.
Quiero conocerte más tiempo que el que tengo asignado. Quiero entregarte más amor que el que corresponde a esta amistad. Quiero que seas mi mejor amigo, mi complemento, el que aleja mis miedos y me da seguridad.
 
¿Serás tú?

Miradas

Ella no quería que ese momento terminara. 
Podría sostener su mirada eternamente.  ¿Qué importaba si no sabía su nombre?
 
El primer sentimiento que se fijó entre ellos había cambiado todo, y si ella pensaba que eso solo ocurría en los libros... Estaba muy equivocada. 
El tiempo se detuvo. 
Plácido. 
Tibio.
Transparente.
 
Y él leía su mirada como si siempre la hubiese conocido.