domingo, 24 de mayo de 2015

Miradas

Ella no quería que ese momento terminara. 
Podría sostener su mirada eternamente.  ¿Qué importaba si no sabía su nombre?
 
El primer sentimiento que se fijó entre ellos había cambiado todo, y si ella pensaba que eso solo ocurría en los libros... Estaba muy equivocada. 
El tiempo se detuvo. 
Plácido. 
Tibio.
Transparente.
 
Y él leía su mirada como si siempre la hubiese conocido.

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